UNIVERSIDAD AUTONOMA DE METROPOLITANA
DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y
HUMANIDADES
POSGRADO EN POLÍTICAS CULTURALES Y
GESTIÓN CULTURAL
DOCUMENTO DE TRABAJO
DOCUMENTO DE TRABAJO
Análisis del contexto económico, organizativo y estético
de las Artes Escénicas
de México.
Ángela Mercado Shelley, 2012.
El campo cultural que elegí para
elaborar el análisis del contexto económico, organizativo y estético, pertenece
al campo cultural de los espectáculos públicos, específicamente el que esta
relacionado con las artes escénicas, en la ciudad de México.
La oferta de los espectáculos públicos
involucra la vida cotidiana y la INEGI los clasifican en: teatrales,
deportivos, taurinos y recreativos.
Enfocaré la investigación en la los
espectáculos escénicos y recreativos que integran diversas disciplinas
artísticas transformando estos eventos en espectáculos multidisciplinarlos.
Espectáculo público: función o actuación de cualquier tipo, cuya finalidad es
proporcionar cultura y diversión a la población.[1]
Espectáculo recreativo: acto que se
presenta a través de uno o mas ejecutantes combinando la destreza manual y la
habilidad mental para el entretenimiento de los asistentes.
Espectáculos
públicos
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Entidades federativas que reportaron
establecimientos con espectáculos teatrales según localidades gratuitas y
vendidas, importe, días trabajados y funciones.
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19
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Entidades federativas que reportaron
establecimientos con espectáculos recreativos según localidades gratuitas y
vendidas, importe, días trabajados y funciones.
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23
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Entidades federativas que reportaron
establecimientos con otros espectáculos según localidades gratuitas y
vendidas, importe, días trabajados y funciones. 2003
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24
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Entidades federativas que reportaron el total
de localidades en establecimientos de espectáculos públicos según tipo.
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25
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Entidades federativas que reportaron un total
de espectáculos teatrales según tipo.
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26
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Entidades federativas que reportaron el total
de localidades en establecimientos de
espectáculos de danza según tipo.
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Entidades federativas que reportaron el total
de localidades en establecimientos de espectáculos musicales según tipo.
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28
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Entidades federativas que reportaron el total
de localidades en establecimientos de espectáculos recreativos según tipo.
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30
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Entidades federativas que reportaron el total
de localidades en establecimientos de otro tipo de espectáculos según tipo.
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31
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Indicadores seleccionados de espectáculos
teatrales por entidad federativa. (Promedios)
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32
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Indicadores seleccionados de espectáculos
recreativos por entidad federativa. (Promedios)
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34
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Indicadores seleccionados de espectáculos de
otro tipo por entidad federativa. (Promedios)
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34
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2.
Espectáculos Públicos 2003. Estadísticas de cultura, edición 2005 INEGI
En las disposiciones sobre espectáculos
públicos de la legislación nacional se estipula que las personas físicas o
morales que obtengan permisos para desarrollar espectáculos musicales,
teatrales, artísticos, culturales y recreativos estarán obligadas a disponer lo
necesario para que cuando menos el 75% de los participantes sea de mexicanos,
excepto en los casos de espectáculos públicos extranjeros que se presenten por
un evento o temporada, en cuyo caso se podrá tener participantes extranjeros en
los términos de la delegación aplicable; instalar lugares funcionales y
debidamente acondicionados, tales como camerinos o vestidores, vigilar que
durante la celebración de espectáculo público se mantenga el orden, y se
observen otras normas relativas a la difusión y la suspensión de los
espectáculos.
Existen reglamentos que regulan la
celebración de espectáculos públicos en las distintas entidades del país, ellos
determinan las reglas y los mecanismos para garantizar que con motivo del
desarrollo de esos espectáculos no se altere el orden público, ni se ponga en
riesgo la integridad de los participantes y asistentes.
El objetivo de dicho reglamento es,
entre otros, el establecimiento de políticas y programas de coordinación y
colaboración encaminados al aprovechamiento de los atractivos culturales del
país, tales como destinos turísticos, y el establecimiento de las acciones
necesarias para el mejoramiento de la infraestructura cultural y turística.
Dentro de los regímenes legales
específicos, encontré el que se refiere a la régimen legal sobre fomento a la
música, del teatro, de la danza, y otras artes escénicas y dice lo siguiente:
La legislación vigente regula los
contratos de edición de las obras musicales, fijando derechos y obligaciones
tanto para el autor como para el editor de la obra. Entre ellos destaca la
cesión por parte del autor del derecho de reproducción al editor y la facultad
de realizar los arreglos y adaptaciones necesarios (contando para ello con la
expresa autorización del autor o sus causahabientes), mientras que el editor
estará obligado a realizar la divulgación de la obra, recibiendo ambos una
prestación económica según se pacte.
La dificultad de asumir las artes
escénicas como parte de la industria cultural esta argumentada en cuanto a que
un producto escénico no es reproducible en masa, aunque sí es repetible.
Además, dado que los artistas que presentan un producto de las artes escénicas
no son un medio para la elaboración de un bien final, sino que su exposición
frente al público es el fin mismo del montaje, no es posible recurrir a otros
medios más eficientes desde el punto de vista económico o menos onerosos para
reemplazar o sustituir a quienes lo realizan.
En un trabajo de investigación, Perfoming
Arts, The Economic Dilemma 1966, de William Baumol y William Bowen, sobre la economía
de la cultura, demostraron que en vista de que la calidad y la aceptación de
las artes escénicas por parte del público dependen de la intensidad del trabajo
como factor de producción, es imposible aumentar la productividad de este
sector. En otras palabras, no es factible aumentar la productividad en las
artes escénicas (menos horas de trabajo/ensayo, menos mano de obra, sustituir
trabajo humano por máquinas, montajes precarios, etc.) sin ir en detrimento de
la calidad y el éxito de la obra.
Referente a los costos esto quiere
decir que los crecientes gastos de la producción sólo puedan, en principio, ser
recuperados con un número demasiado alto de presentaciones ante el público o
con precios excesivamente altos de las entradas.
En el primer caso, el de las numerosas
presentaciones, se tendría que contar con un público lo suficientemente amplio
como para poder hacer un número de funciones que permitan desperdigar los
costos fijos de la puesta en escena. Pero hoy en día, cuando las opciones de
entretenimiento para el público se multiplican con la proliferación de los
formatos digitales y cuando existe sobreoferta de opciones culturales como
característica intrínseca del sector, esa alternativa parece inviable. Además,
en un contexto como el latinoamericano, en el que generalmente la oferta se
concentra en pocas grandes ciudades y en el que el público que tiene la
formación o la posibilidad para pagar por este tipo de espectáculos es limitado.
El segundo caso, en el que se plantean
precios altos para compensar altos costos de montaje. Para los autores, las
organizaciones de espectáculos en vivo no están dispuestas aumentar sus precios
de forma indiscriminada por razones morales. En la medida que los grupos
escénicos están generalmente convencidos del valor de su producto para la
sociedad, se busca principalmente distribuirlo de la manera más amplia y
equitativa posible, en lugar de convertirlo en un producto excluyente. Además,
dentro de la priorización de necesidades de un consumidor medio en sociedades
como las nuestras, difícilmente sería posible fijar precios altos para las
artes escénicas, pues las harían muy poco competitivas frente a otro tipo de
gastos más necesarios. Por último, la competencia de innumerables medios
masivos es un factor más que impide el aumento de precios de las entradas a las
artes escénicas. Las alternativas de entretenimiento que ofrecen los medios
masivos a módicos precios se configuran como sustitutos imperfectos de las
artes escénicas (cine, televisión, cable, DVD, Internet, etc.)
Si
bien el total de espectadores de espectáculos escénicos en la ciudad ha crecido
entre 2002 y 2008, este crecimiento se ha visto jalonado por el teatro
comercial, mientras que el teatro oficial, más cerca de la producción
independiente de la cual depende la diversidad de contenidos, ha visto
disminuir drásticamente su número de espectadores.
En la realidad de la región iberoamericana
puede observarse que las artes de la escena están reservadas para segmentos
relativamente reducidos de la población, concentrados en grandes ciudades, con
escasa disposición comparativa a pagar por este tipo de servicios culturales. En
otros países como España se encuentra que la oferta escénica se ha mantenido o
incluso aumentado a lo largo de los últimos años.
Todo apunta a que el sector presenta
dificultad para generar recursos propios suficientes que permitan financiar sus
costos crecientes. Rara vez, las organizaciones alcanzan a cubrir los gastos de
funcionamiento con los ingresos generados por la actividad propia. Varios estudios
han demostrado que en el caso de las organizaciones dedicadas al teatro, danza
y música en vivo, presentadas en salas de arte escénico no son sostenibles por
su propia actividad y dependen siempre de la ayuda estatal o de la
diversificación de sus actividades para poder ser viables financieramente.
En el caso de compañías independientes,
el hecho de que más de un 50% de la actividad escénica, de esta ciudad, se haga
sin fines de lucro demuestra que se trata de una actividad que tiene muchas
dificultades para financiarse a través del mercado y recurre en contraste al
voluntariado como alternativa a las restricciones económicas, así como a la
generación de recursos mediante actividades paralelas como talleres, cursos,
diplomados, conferencias, exposiciones, etc.
Otro recurso para lograr una
sostenibilidad precaria en las artes escénicas tiene que ver con la donación de
trabajo de parte de los artistas como alternativa para la realización de las
obras. Se trabaja bajo la lógica de una cooperativa: los insuficientes ingresos
se reparten entre los artistas de una representación cualquiera. Previamente se
deduce un porcentaje de lo recaudado para cubrir costos fijos de mantenimiento
de la sala. Por supuesto, el pago que reciben los actores es bajo y en la
mayoría de los casos debe ser complementado por otro empleo. En el estudio
citado se mostró que mas del 66% de los artistas escénicos debía recurrir a
otro tipo de empleo para alcanzar ingresos adecuados para su sostenimiento.
Una alternativa adoptada por las
prácticas escénicas para la disminución de costos de producción consta en la
selección de repertorios que no exijan un costo excesivo en vestuario y
escenografía, con todas las implicaciones sobre la calidad que esto pueda
tener. Por último puede llegar a recurrirse a modalidades de canje publicitario
para financiar los costos necesarios para el montaje escénico.
El hecho de que los grupos escénicos en
Iberoamérica logren subsistir y seguir presentando sus obras recurriendo a
prácticas poco ortodoxas de mercado o simplemente precarizando su sistema de
producción, no es suficiente para asegurar que sea un sector económicamente
viable. La insolvencia de los costos es algo real y con lo que tienen que
luchar cotidianamente los artistas escénicos. Si bien la financiación pública
resulta indispensable para su sostenimiento, los sistemas de beneficios
tributarios para inversionistas privados en proyectos escénicos se erigen como
una de las alternativas para disminuir el riesgo de las polarizaciones financieras
que el sector sobrelleva día a día.
En México se ha tratado de manera
distinta a cada tipo de producto y servicio en lo que respecta a la
normatividad jurídica, arancelaria y de distribución comercial en el marco de
los gats (Acuerdos Generales del Mercado de Servicios) en el contexto del
comercio internacional. Sin embargo, al interior de las naciones, esta
industria enfrenta problemáticas distintas que responden a diferentes
condiciones económicas, geográficas, políticas, tributarias y legales, que de
algún modo favorecen la inequidad comercial que, si bien podría interpretarse
como competitividad, lo cierto es que las pequeñas empresas luchan por
persistir frente a los grandes capitales que acaparan los mercados globales y
sus consumidores.
En algunos países de América Latina
(Bogotá 2007)[2],
la industria cultural se ha vuelto parte esencial del desarrollo económico,
toda vez que el concilio de gobierno y ciudadanía ha generado condiciones y
parámetros jurídicos que facilitan a creadores e iniciativa privada la producción
de bienes y servicios, fortaleciendo el mercado de exportaciones, la oferta
cultural, y generando nuevos flujos de divisas.
En la última década, se han modificado
-debido a los avances tecnológicos- los procesos de divulgación, promoción y
comercialización, afectando principalmente los derechos de autor de empresas y
creativos, así como a las manifestaciones culturales propias. La distribución
virtual de contenidos científicos, literarios y fonográficos ha lesionado a la
industria y modificado las formas de interacción comercial.
México es un país con una diversidad
cultural muy amplia en el que se llevan a cabo expresiones de todas las
naturalezas posibles, los consumos culturales son bastos y muchas actividades
culturales llegan a ser rentables. El problema es que la mayoría de las
actividades culturales no lo son y la falta de mecanismos para hacerlas
productivas ha llevado a la necesidad de subsidiarlas poniendo en evidencia que
la oferta cultural es mayor que su demanda. La asistencia o interés por actividades
culturales es poca y muy centralizada en nuestro país, la población no
considera una opción asistir a eventos culturales más allá del cine y de algún
concierto.
El consumo cultural se ha vuelto un
gran negocio para algunos que han logrado conquistar el mercado pero han dejado
fuera a muchos artistas que no tienen acceso a los medios de promoción masivos
y en algunos casos a la calidad internacional que requiere.
En el plano de los esfuerzos
intergubernamentales por erradicar las grandes asimetrías que existen en el
mercado nacional e internacional, México no ha generado los consensos
necesarios que pudieran conducir al abordaje legislativo de estos temas, así
como al diálogo entre gobierno y ciudadanos. Sin lugar a dudas, se requiere de
un diagnóstico que profundice en las debilidades y desventajas con que trabaja
la industria cultural mexicana, así como un análisis de las fortalezas, para lo
cual deben considerarse aspectos tales como: leyes nacionales sobre el derecho
de autoría, las regulaciones a la inversión extranjera en las industrias
culturales, el apoyo a la inversión y la consolidación de un sistema de
subvenciones, la reducción de los impuestos para la exportación de los
productos culturales, la regularización del espacio radioeléctrico con una
premisa de equidad en beneficio de todos los sectores sociales, la
regularización del mercado interno, así como todos aquellos aspectos que
fomenten la creatividad y la innovación en esta industria en nuestro país.
Una de las alternativas que encuentro
más viable para la creación y el desarrollo de las artes escénicas es la de potenciar
el trabajo de los artistas nacionales hacia la internacionalización, dar a
conocer redes en las que puedan insertarse en festivales mercados y líneas de
programación para las artes, desde el mercado Mexicano.
Considerando bienes culturales ya en
realización Presentar la industria mexicana desde proyectos de intercambio, co
financiamientos, investigación y desarrollo de proyectos viables. Desde
propuestas que buscan la creación del bien cultural. Líneas de Financiamiento
(directas y por aplicación). Desde la empresa privada, Fundaciones e
Instituciones de esta industria .
Podría percibirse que en esta área de
las artes escénicas en donde los proyectos se expanden en la concepción de
espectáculos multidisciplinarlos la estética esté determinada por espectáculos
masivos, como el circo du soleil o el espectáculo de slava el payaso, no
pretendo descalificar el gran trabajo de los artistas, interpretes y creadores
de estos espectáculos, que por cierto es bueno, pero son eventos que se
encuentran insertados en el sistema de las industria, para estar dentro de
estos espectáculos es necesario pagar una entrada que no es accesible para
todos, sin embargo son masivos, esto me hace pensar que el sistema
mercadológico que operan corresponde al de las grandes corporaciones, además de
beneficiarse de un sistema de marketing
que les permite difundir su espectáculo a nivel masivo.
Bibliografía
Marqueting de las Artes y la Cultura. François
Colbert, Manuel Cuadrado. Editorial Ariel 2003 Barcelona.
Espectáculos Públicos 2003.
Estadísticas de cultura, edición 2005 INEGI
http://www.odai.org/articulos/769-las-artes-escenicas-ante-la-fatalidad-de-los-costos.Temas
económicos de ODAI
[1] La entidad federativa con el mayor numero de establecimientos de espectáculos públicos es el Distrito
Federal con 127 espacios, lo que representa el 17.4%, en el año 2003 se
registraron 728 establecimientos de espectáculos teatrales, 161 deportivos, 41
taurinos, 47 recreativos y los 167 restantes otro tipo de espectáculos
públicos. INEGI
[2] Declarada por segunda ocasión por la Unión de
Ciudades Capitales de Iberoamérica (UCCI) como Capital Iberoamericana de la
Cultura 2007 y Capital Mundial del Libro 2007 por la UNESCO
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